Aún cuando la salud es un tema que nos atañe por el solo hecho de existir, su importancia se pone sobre la mesa solo en períodos electorales o en episodios críticos e inhabituales, como una pandemia. Hoy, luego de que el Covid-19 tuviera un alcance global, los sistemas sanitarios del mundo entero se revisaron acuciosamente y miles de estudios arrojaron resultados evidentes de que es necesario fortalecer la sanidad pública. Pero ¿ha cambiado algo? Según el doctor Manuel Díaz Olalla, no mucho y, por el contrario, muchas brechas de desigualdad se han ampliado. O, más bien, inequidad. «Inequidad es, según la teoría de la OMS, desigualdades injustas que son posibles de mejorar con intervención en la salud pública […] Es una desigualdad injusta que los pobres, en todos los sitios del mundo, incluyendo nuestras grandes ciudades, se mueran más que los ricos. O que se mueran antes que los ricos», puntualiza al iniciar la conversación.
La pobreza, en la experiencia de Díaz, es un factor determinante a la hora de medir los niveles de salud en la población. Desde Madrid Salud lograron generar impacto mediático y político al respecto, gracias a mostrar, a través de un mapa, cómo varían las esperanzas de vida de distintos barrios de la ciudad, arrojando hasta 6 años de diferencia entre unos y otros. «La mayor parte de las cosas que tienen que ver con la salud de la gente. O, si lo queremos entender de otra manera, la mayor parte de las cosas que tienen que ver con que la gente muera, tiene que ver con cómo nos divertimos, cómo comemos, cómo son los trabajos que tenemos y en qué condiciones vivimos, si tenemos una zona verde cerca de casa para hacer deporte. […] (En España) No trabajamos activamente lo que es promoción de la salud ni prevención de la enfermedad», argumenta, a la vez que da cuenta de un estudio elaborado años atrás que concluyó que la pobreza acorta la vida más que la obesidad, el alcohol y la hipertensión.
A lo largo de este episodio, Manuel también enseñó algunas de las novedades que, como investigador, ha apreciado en el último tiempo, en la medición de los índices de salud, como el notar el aumento de la obesidad en los niños y adolescentes de menores recursos, a diferencia de realidades de otros países y otras décadas en las que la pobreza estuvo directamente asociada con la desnutrición. Pero, sin duda, una de las cosas que más le ha llamado la atención fue descubrir la relación de la abstención electoral con la calidad de vida: a mayor participación ciudadana, mejores índices de salud. Y viceversa. Un elemento que, según explica, es altamente demostrativo y hasta predictivo, permitiéndoles entender y actuar de mejor manera para enfrentar los desafíos actuales.
[R]evolución Relacional es conducido por Joan Quintana, director del Instituto Relacional, y puedes encontrarlo en Spotify. Escucha este episodio aquí: