Muchas de las organizaciones se mantienen en una cultura de la confrontación, sabiendo que esa cultura no les es rentable
Esa es la cultura aprendida, a la que se adapta el hacer cotidiano en la organización y la que genera la mayoría de los conflictos. Los conflictos casi nunca son técnicos. Los conflictos casi siempre son relacionales.
Es pues en la mejora de las relaciones donde debemos focalizar el cambio de la cultura de la confrontación a la cultura del acuerdo.
Para ello:
- Vamos a reconocer al otro/a, a los/as demás, y con ello facilitaremos la escucha.
- Vamos a escuchar opiniones, miradas distintas a las nuestras, lo que nos permitirá conocer sus necesidades y el cómo ve las cosas.
- Vamos a facilitar espacios seguros que permitan expresar nuestra opinión.
- Vamos a mantener conversaciones, que habremos preparado y que no deben usarse para juzgar ni para convencer.
- Vamos a usar un lenguaje positivo, para generar una realidad positiva.
- Vamos a construir acuerdos con el tiempo necesario y asegurando que el acuerdo se ha entendido de la misma forma. Llegar a acuerdos factibles es todo un éxito y nos permite caminar hacia la creación de vínculos de confianza.
Este proceso de mejora requiere voluntad y tiempo, pero el resultado lo merece: una buena calidad relacional que crea condiciones para una eficiencia operativa y un bienestar en la organización.
Por TERESA CLEMENTE, responsable del Espacio de Mediación Relacional (EMR)