Foto de Yoann Boyer en Unsplash

Se dice que las personas tendemos a negar lo que no queremos ver metiendo la cabeza debajo del ala. De esta forma, lo que no veo, lo que me molesta o no sé cómo afrontar, no existe. Debajo de mi ala puedo creer que mi mundo es el que quiero o vivo y que ésta es la realidad, no hay otra. Lo que invisibilizo no existe.

Se escucha y se escribe: «las relaciones no tienen género, se dan entre personas». Esa creencia nos impide ver que las relaciones no son simétricas; cuando se dan entre hombres y mujeres, no están en igualdad. La igualdad la hemos entendido como la posibilidad de que las mujeres entrasen en el mundo masculino, y a eso lo hemos considerado como un espacio «igualitario y neutro».

Nuestra sociedad sigue conductas discriminatorias desde la infancia con las niñas hasta la vida adulta con las mujeres. Actualmente en las escuelas las niñas no aprenden costura ni los niños arreglos eléctricos, ahora se buscan servicios externos, que, si es de coser, lo hará mayoritariamente una mujer; y si es de electricidad, un hombre. Así vamos desvalorizando lo que siempre han realizado y siguen realizando las mujeres, el trabajo doméstico no tiene valor y valen menos los trabajos feminizados.

Podemos creer que el valor actualmente lo atribuimos a la responsabilidad, complejidad, conocimientos, pero la realidad es que seguimos relegando a las mujeres mayoritariamente a aquellos trabajos que valen menos. Y cuando en las organizaciones, colectivos o grupos hay hombres y mujeres, nos colocamos en ese espacio «neutro» para relacionarnos por igual, sin ver que las mujeres tienen una realidad distinta.

Debemos sacar la cabeza escondida debajo del ala, debemos ver a las mujeres, debemos escucharlas para luego actuar en consecuencia.

Por TERESA CLEMENTE, abogada y mediadora.
Responsable del Espacio de Mediación Relacional.

Un comentario

  1. Benvolguda, estem d’acord amb el què dius, la desigualtat persistent i què mai acabem de redoldre.
    També,com no, tornem a estar d’acord, amb amagar “el cap sota l’ala” frase feta, que no caduca al llarg del temps.
    Gràcies per la teva reflexió i posar paraules als fets, per intentar superar els conflictes.

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