Una experiencia de impacto para educarnos el reconocernos y el reconocer a través de la fuerza de nuestro cuerpo y el baile
Una pareja de bailarines aparece una mañana en el aula de un instituto. Es lunes y anuncian al grupo de adolescentes que tienen cinco días para subirse a un escenario y bailar.
Una semana para cambiar las cosas. Un pequeño plazo pero una gran reto: mover a las personas cuando el mundo nos paraliza.La danza obliga a estos jóvenes a romper sus roles sociales justo en el momento de sus vidas en el que éstos se están afianzando.
El chico guapo deja de ser el más admirado, el tímido da un paso adelante… Bailar les obliga a tocarse. Se comunican, se igualan. Alguno no se liberará hasta el último instante.
Wilfried Van Poppel y Amaya Lubeigt son los coreógrafos. Él holandés, ella española. Llegan de Bremen. Dos bailarines que han trabajado con Pina Bausch, Susanne Linke o Urs Dietrich y que ahora han decidido trabajar con gente que jamás ha bailado. Lo hacen cada semana en Alemania pero también en muchas ciudades de toda Europa. En esta ocasión lo harán en San Sebastián.
La danza es el leguaje común. No importa el lugar. Éste es su reto: cinco días, una clase de adolescentes, un microcosmos en el que sucede un pequeño big-bang.
Aquesta experiència la van viure a l’Institut Jaume Mimó de Cerdanyola l’any passat, i va ser un gran èxit. Molt recomanat!