Imagen elaborada con inteligencia artificial.

La educación es, en su esencia, un acto de encuentro entre seres humanos. Es a través de las relaciones que se construye el aprendizaje. Pensar y programar lo relacional, es decir, cómo nos vinculamos y construimos relaciones en el aula, es tan fundamental como diseñar lo didáctico. Pensar si una actividad será de trabajo en grupos y cómo se asignarán esos grupos es tan importante como diseñar las instrucciones de trabajo de esos grupos. Si no hay emociones positivas, no hay aprendizaje. Por eso, crear un ambiente emocionalmente positivo es indispensable, como indican David Bueno y otros expertos en neurociencia y educación.

Lo primero es mirar para acompañar la dinámica relacional en el aula en particular y en la escuela en general. No es solo tarea del recreo o responsabilidad del equipo de orientación; es parte integral de nuestra función como referentes de nuestros alumnos y alumnas. A veces, como docentes, tendemos a focalizarnos tanto en los saberes y competencias específicas de nuestra asignatura que queremos que nuestros alumnos desarrollen y aprendan, que olvidamos que también tenemos una función muy importante de creadores de condiciones relacionales para que los aprendizajes puedan generarse y ser significativos. Como referentes relacionales de nuestros alumnos y alumnas, hemos de promover dinámicas relacionales de aprendizaje de alta calidad. 

Conversar y reflexionar sobre nuestras prácticas relacionales en equipo nos fortalece y nos hace sentir acompañados, aumentando la conciencia sobre el impacto en lo relacional de nuestras acciones. Al compartir experiencias y estrategias, aprendemos juntos y nos sentimos menos solos/as e inseguros/as en la acción ya que no hay manuales ni protocolos para todas las posibles situaciones. Aprendemos mientras actuamos y reflexionamos sobre lo que hemos hecho. 

Al final, los docentes, estamos mucho tiempo con nuestros alumnos en el aula y en ese tiempo observamos muchas cosas y hemos de aprender a mirar y actuar en consecuencia. Aunque no tengamos todas las respuestas ni intervengamos en el momento, observar es el primer y más importante paso para cuidar y garantizar un clima relacional positivo, esencial para el bienestar y el aprendizaje.

Por MORA DEL FRESNO, responsable de la Unidad de Educación Relacional

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